Un paseo caleidoscópico por Nueva York, un misterio envuelto en la nieve, la versión en papel de una película de éxito, un conjunto de relatos de terror y un ensayo de romanos. Cinco libros de calidad para regalar en estas fechas
Que las Navidades son el paraíso de los libros lo saben hasta los renos de Papá Noel. Basta con darse una vuelta por las librerías y dejarse hechizar por las novedades que pueblan los escaparates, las mesas y las estanterías. E incluso echar un vistazo en la red y comprobar cómo las grandes editoriales (y también las independientes) llenan de títulos atractivos infinidad de webs, redes sociales y hasta el correo no deseado —más conocido como spam—. En este último caso, algunos incluso lo damos por bueno, pues el saber no ocupa lugar, y no existe mejor regalo que un pasaporte a otros mundos, aquellos que se pueden explorar sin salir de casa y por unos escasos euros. Nunca se publicó más y mejor que ahora; nunca hubo más escritores y mejor distribución; si bien las cifras de lectura no son para tirar cohetes. De ahí que aquellos que amamos las letras tengamos la responsabilidad de difundir sus valores y sumar adeptos a la causa. Y esto se consigue regalando libros infantiles a los más pequeños, colocando un clásico bajo el árbol de Navidad de nuestros seres queridos o invitando a nuestros colegas a una experiencia con la cultura como protagonista. Llegan las fechas más esperadas por los libreros y escritores —gran parte de su pan depende de estos días—, y nunca viene mal hacer un listado de consejos literarios. Apuntad estos cinco, que prometo merecen la pena.
«Humanos y marcianos en Nueva York», de Gonzalo de Cora
«Si desea convertirse algún día en un experto conocedor de la ciudad, lo primero que debe hacer es borrar de su mente la frase “A Nueva York la conoces de las películas. Siempre te parece que ya has estado allí”. Debe hacerlo a la mayor brevedad posible por tres razones de peso. La primera, porque es falsa. Sí, es aparentemente cierta, pero el resultado es profundamente erróneo. La segunda, porque la dice todo el mundo y habíamos quedado en que usted iba camino de convertirse en un auténtico conocedor de la metrópoli, no en un loro de repetición. Y tercera, porque le pueden poner en un aprieto si le preguntan por los lugares que salen en el cine y sus películas respectivas». Así comienza Humanos y marcianos en Nueva York (Punto Rojo Libros), el inefable acercamiento a la ciudad de los rascacielos del periodista madrileño Gonzalo de Cora. Un libro caleidoscópico con ecos de Brennan, Schickler y Muñoz Molina, que aúna el relato con la crónica, la prosa con la poesía y lo culto con lo popular. Dotado de un lenguaje directo y cercano, sus páginas nos conducen por lugares comunes de la famosa urbe, como los barrios de Brooklyn, Queens y el Bronx, pero también menos recurrentes, caso del Lower East Side, «la zona más canalla de Manhattan», en palabras del autor. Entre sus personajes podemos encontrar a una mujer decidida a matar a su marido, al gerente de una galería de arte frente a Central Park, a un multimillonario que viaja en metro por placer o una profesora andaluza de español. Como complemento, la obra —que ha agotado varias ediciones— incluye fotografías de gente anónima que pueblan el paisaje neoyorquino, haciendo de la lectura una experiencia cool y sumamente entretenida.
«Misterio en blanco», de Joseph Jefferson Farjeon
En una lista de recomendaciones lectoras nunca debe faltar un clásico. Máxime si este viene respaldado por un importante éxito en Inglaterra, patria de escritores memorables. Publicada en 1938, Misterio en blanco es una novela tan atractiva que cuesta entender que desapareciese de las librerías durante setenta años. Afortunadamente, la editorial Siruela, experta en recuperar tesoros de ayer, nos la devuelve en una cuidada edición en cartoné que hará las delicias de los aficionados al género. Su argumento arranca el día de Nochebuena, cuando una gran nevada obliga al tren de las 11:37, procedente de la estación londinense de St. Pancras, a detenerse en las proximidades de Hemmersby. Decididos a no pasar la noche en el vagón, un ecléctico grupo de seis pasajeros decide desafiar las inclemencias del tiempo e intentar llegar al cercano pueblo. A mitad de camino, se ven obligados a refugiarse en una solitaria casa de campo que, a pesar del fuego encendido en la chimenea, el té para tres dispuesto sobre la mesa y el agua de la tetera todavía hirviendo, parece estar desierta. Atrapados por las circunstancias en ese reducido espacio, los viajeros intentarán desentrañar el enigma de la vivienda deshabitada y, cuando la tormenta finalmente amaine, de las cuatro personas que han sido asesinadas… Dicho esto no hace falta explicar por qué cauces se desarrolla esta historia intrigante y magníficamente escrita, que resulta ideal para estas fechas. Baste añadir que su autor, el injustamente olvidado Joseph Jefferson Farjeon, publicó más de sesenta obras de misterio y algunas piezas de teatro, entre las que destaca El número 17, llevada al cine por Alfred Hitchcock.
«Somos romanos», de Paco Álvarez
Qué duda cabe que la civilización romana atrae, y mucho. A ellos les debemos tantos usos y costumbres que nos llevaría una vida intentar averiguar su influencia. Por eso, cada vez que las televisiones programan un documental sobre Roma, los productores se lanzan a financiar un nuevo peplum o los museos organizan exposiciones sobre Pompeya, la gente se vuelve literalmente loca. Uno de sus fans declarados es Paco Álvarez, publicista, escritor, presentador e historiador, que ya en sus primeros años devoraba los cómics de Astérix y Obélix y se emocionaba leyendo a C. W. Ceram —Dioses, tumbas y sabios hizo más por la difusión de la arqueología en los años ochenta que National Geographic—. Por eso no debe extrañarnos que se haya lanzado a escribir un libro llamado Somos romanos, que en su afán divulgativo juega a desempolvar temas relacionados con esos antepasados que hoy continúan de actualidad. Y los hay para todos los gustos; desde aquellos relacionados con el mundo de la hostelería —el cátering no es, ni mucho menos, un invento moderno—, como el de la comunicación —a algunos les sorprendería saber que ya existían tablets en tiempos de los césares, si bien eran de cera y se utilizaban vía mensajero—. Otra de las curiosidades recogidas por Álvarez son los carteles de advertencia —el Cave canem advertía de los perros peligrosos—; la calefacción por suelo radiante —ellos la llamaban hipocausto— o el sistema de alcantarillado, que no ha variado demasiado en dos milenios. Y esto son únicamente varios ejemplos, pues Somos romanos, publicado por la editorial Edaf, abarca cuestiones tan llamativas como el descanso dominical, el matrimonio, la política, el derecho o el sexo, siendo elogiado por un referente de la Historia en mayúsculas, como Juan Eslava Galán.
«Solo en casa», de John Hugues y Chris Columbus
A sus ocho años, a Kevin le encantaría que su familia desapareciera. Justo antes de Navidad, su deseo se cumple. Pero cuando unos ladrones intentan robar en su casa, Kevin tendrá que echar mano de todo su ingenio para defenderse él solo. ¿A qué nos recuerda este argumento? Efectivamente, a esa divertidísima película de 1990 en la que descubrimos a un actorazo de nombre impronunciable que se convirtió en estrella mundial con menos de diez años. Tal fue su éxito —285 millones de dólares de recaudación— que tuvo hasta una secuela; y este mismo verano hemos sabido que Disney prepara el remake coincidiendo con su 30 Aniversario. Por eso, aquellos que adoramos la película no podemos sino celebrar la adaptación a libro infantil de las aventuras de Kevin, especialmente si este llega envuelto en las mejores galas. Esto es papel de alta calidad, encuadernación en tapa dura y un diseño sencillamente maravilloso —en España lo publica la editorial SM, garantía de calidad—. ¿Y qué podemos encontrarnos en las 48 páginas que conforman su interior? Pues un argumento ideal para leer en familia, iniciar a los niños en la lectura o rememorar los años en que la imaginación era nuestra principal herramienta. Dicha trama se la debemos a la dupla formada por el guionista John Hugues y el director Chris Columbus, debidamente adaptado por el equipo de Pop Classics. Y como colofón, las preciosas ilustraciones de Kim Smith, artista canadiense especializada en títulos infantiles, pero también en juegos, aplicaciones y animación. Por cierto que Solo en casa llega acompañado de otros títulos para los peques. Así, en la misma colección podemos hallar maravillas del cine ochenteno, como Regreso al futuro, E.T. el extraterrestre y Kárate Kid. ¿Quién puede resistirse a semejantes joyas?
«Exorcismos», de José Luis Ordóñez
Filólogo, guionista, escritor, editor, dramaturgo, director de cortometrajes… José Luis Ordóñez es una de esas personas a las que cuesta colocar una etiqueta, de ahí que sus libros —a estas alturas ha publicado un número considerable— sean de todo menos convencionales. Tras deleitarnos con Los desertores de Oxford Street (Algaida), reunir a un puñado de entusiastas del celuloide en Relatos en 70 mm (El Sendero) y dejarnos boquiabiertos con el texto teatral El síndrome de la mujer mecánica (Fundación SGAE) este inquieto (e inquietante) creador regresa a las librerías con Exorcismos (Extravertida), un conjunto de veinte relatos cuyo denominador común es el gusto por el terror, la novela negra y el misterio, y que resulta ideal para disfrutar en las noches de invierno. Ambientadas en su mayoría en escenarios reales —desde Galicia a la República Checa, de Andalucía a Japón—, dichas narraciones nos presentan una variopinta galería de personajes de carne y hueso, entre los que se incluyen profesores, escritores y cineastas, quienes deben convivir con criaturas fantásticas y del universo de las sombras como vampiros, hombres-lobo y demonios. Tampoco faltan psicópatas, asesinos y figuras movidas por el deseo de venganza, remitiéndonos a títulos claves de la literatura gótica como Otra vuelta de tuerca, de Henry James; del cine clásico, como El resplandor; o de la televisión, como la serie Alfred Hitchcock presenta. Como curiosidad, el libro viene acompañado de una estupenda banda sonora que se puede escuchar en la plataforma Spotify. Así, los lectores que deseen disfrutar de la experiencia al completo, podrán deslizarse por las 232 páginas de Exorcismos mientras suenan los acordes de Vértigo de Bernard Herrmann, el Ave Satani compuesto por Jerry Goldsmith para La Profecía, o el Halloween Theme de John Carpenter.