¿Desde cuándo se celebra la Nochebuena? ¿Cómo surgió la Misa del Gallo? ¿Para qué se utiliza el muérdago? ¿Y la sal? ¿Qué simboliza el color rojo?
La palabra «Nochebuena» deriva del latín noctem bonam y se remonta al siglo IV, cuando el Papa Julio I estableció el 25 de diciembre como fecha oficial del nacimiento de Jesús. Desde entonces, la víspera de esa festividad se convirtió en una cita especial en la que se comparten momentos de alegría y buena voluntad con amigos y familiares.
La primera mención del 25 de diciembre como fecha de la Natividad se encuentra en el siglo IV d.C. en el obispo cristiano Nicolás de Myra, quien vivió en el siglo IV y es conocido por sus actos de caridad y por ser el origen de la figura de Santa Claus. Sin embargo, la Nochebuena como se celebra hoy en día, con la decoración de árboles de Navidad y el intercambio de regalos, se popularizó en Europa a partir del siglo XIX. En España, la Nochebuena es una fiesta muy importante y una excelente ocasión para reunirse con la familia y compartir una velada especial. La cena navideña suele ser una comida muy elaborada y se compone de diferentes platos tradicionales, como el pavo, el marisco o los polvorones. También es habitual tomar vino, cava o sidra.
La Misa del Gallo
Después de la cena, algunas personas intercambian regalos —especialmente destinados a los más pequeños—, y es muy común asistir a un oficio religioso titulado «Misa del Gallo» donde se conmemora el nacimiento de Jesús. El origen de esta misa se remonta a la época del Imperio romano, cuando se llevaban a cabo ceremonias religiosas en honor a los dioses paganos; si bien, a partir del siglo VIII, estos cultos adquirieron un carácter cristiano y se adaptaron para conmemorar la llegada del Mesías. Una figura fundamental para su impulso fue el Papa Sixto III, quien introdujo en Roma la costumbre de celebrar la vigilia a medianoche, «mox ut gallus cantaverit» («en seguida de cantar el gallo») en un pequeño oratorio llamado «ad praesepium» («ante el pesebre») situado detrás del altar mayor. Terminada la misa, en la cual solo comulgaba el pontífice, presidía el solemne oficio de la noche en la Basílica de San Pedro. La celebración Eucarística de esta Noche Santa comienza con una invitación instante y urgente a la alegría: «Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro Salvador ha nacido en el mundo». Por cierto que Sixto III fue uno de los más destacados papas de la historia de la Iglesia, siendo el primero en utilizar el término «Iglesia Católica» y apoyando el trabajo de misioneros y obispos en todo el imperio. Además, Sixto III es conocido por haber condenado el arrianismo, una herejía cristiana que negaba la divinidad de Jesús.
Según algunas fuentes, el término «Misa del Gallo» procede de una vieja leyenda que cuenta cómo un gallo que habitaba en el establo de Belén, encaramado en lo más alto del mismo aquella noche primigenia de la Navidad, fue el primer animal en anunciar el nacimiento del Mesı́as con su canto. Como bien nos recuerda Francisco José Gómez Fernández en su libro Breve historia de la Navidad, «en la Edad Media, este animal aún conservaba el carácter simbólico que tenı́a para las culturas paganas antiguas, que veı́an en él un sı́mbolo de renacimiento y fecundidad, por su vinculación a la salida diaria del sol». Como curiosidad, desde estos siglos remotos y hasta inicios del siglo XX, un niño ubicado en el coro, o bien uno de estos animales, llevados a la iglesia a tal efecto, realizaba el canto del gallo en medio de la misa, recordando ası́ la particular ceremonia en la que se estaba participando. Gómez Fernández añade que, según algunos estudios, «en los campamentos legionarios, uno de los cambios de guardia tenı́a lugar a las tres de la madrugada, avisándose del mismo haciendo sonar una trompeta llamada, curiosamente, gallus», de ahí el término. Con el tiempo, esta cita religiosa se extendió hasta llegar a convertirse en una tradición muy importante en la Iglesia Católica.
En la actualidad, la Misa del Gallo sigue siendo una tradición muy importante en muchas partes del mundo y aunque se celebra principalmente en la Iglesia Católica, también es común en algunas otras denominaciones cristianas. En algunas ciudades se ha adelantado de hora por distintas causas, entre ellas, por seguridad general, a causa del frío y por la falta de transporte público a esas horas.
Del «Servicio de Nochebuena» al color rojo
En algunas iglesias evangélicas también se celebra un servicio religioso en la noche del 24 de diciembre, pero no se llama Misa del Gallo sino «Servicio de Nochebuena o de Navidad». Algunos suelen incluir la lectura del Evangelio de Lucas y el canto del Gloria, e incluso se llevan a cabo representaciones teatrales y musicales, pero no es una práctica universal. En el libro The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, el sociólogo Max Weber señala que «la Navidad es celebrada de manera muy similar en la mayoría de las denominaciones protestantes, aunque puede haber algunas diferencias en la forma en que se celebra en las iglesias más tradicionales o conservadoras en comparación con las iglesias más progresistas o liberales».
Más allá de los símbolos cristianos, la Nochebuena y la Navidad son celebradas en algunos rincones del mundo con ritos ancestrales. Por ejemplo, en algunas tradiciones, se coloca un ramillete de muérdago en la puerta de la casa o sobre la chimenea como una forma de proteger a la familia y atraer la buena fortuna durante el año venidero. Y es que se cree que esta planta trepadora puede ayudar a atraer el amor y la felicidad a la casa. Es importante tener en cuenta que el muérdago es una especie venenosa y debe manejarse con cuidado. También es importante respetar las leyes y regulaciones locales sobre su recolección y uso.
Por otro lado, en algunas culturas se piensa que la sal tiene propiedades protectoras y mágicas, por lo que se utiliza durante la Navidad como una forma de alejar la negatividad y atraer la buena suerte. Algunas formas en las que se puede utilizar incluyen:
- Colocar un recipiente de sal en la puerta de la casa para proteger a la familia de los espíritus malignos.
- Espolvorear sal alrededor de la casa o en las ventanas para alejar la negatividad.
- Poner un poco de sal en los bolsillos para proteger contra el mal de ojo y la envidia.
- Añadir un poco de sal a los regalos que se dan a otras personas para atraer la buena suerte y el amor.
- Utilizar la sal para limpiar y purificar la casa antes de la Navidad.
Por último, hemos de mencionar el color rojo, que se asocia con la Navidad debido a su simbolismo de amor, alegría y felicidad. Y mientras en el cristianismo evoca la fe y la devoción —en relación con la sangre de Jesús—, en otras tradiciones, el rojo es el color de los espíritus malignos y se utiliza para protegerse de ellos durante una de las noches más señaladas del año.