La competición musical televisiva más antigua del mundo nació en 1956, inspirada en el Festival de San Remo. España hizo su debut en 1961, el televoto se introdujo en 1998 y el micrófono de cristal fue creado en 2008
¿Sabías que el Festival de la Canción de Eurovisión contó en su primera edición con siete participantes? En efecto, este se celebró en el Teatro Kursaal de Lugano (Suiza), bajo el título de ‘Grand Prix Eurovision de la Chanson’, y su ganadora fue Rosa Mina Schärer, una cantante suiza cuyo nombre artístico era Lys Assia. ‘Refrain’ fue el tema que mereció la victoria en un certamen inspirado en el Festival de San Remo (Italia) en el que, junto a la representante del país anfitrión, compitieron solistas de Alemania Occidental, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos. Como curiosidad, aquel 24 de mayo de 1956, cada país interpretó dos temas, los cuales fueron compuestos en alguno de sus idiomas oficiales. Esta regla, implantada por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), impidió que se escuchasen canciones en inglés, algo impensable a día de hoy —dicha circunstancia volvería a repetirse en 1958—. Otro dato llamativo es que Lys Assia representó tres veces consecutivas a Suiza, si bien, pese a obtener el primer triunfo, la edición de 1957 se celebró en Frankfurt, ya que el país transalpino se negó a correr con los gastos dos años seguidos. En esta ocasión fue Corry Brokken, de los Países Bajos, quién se llevó el trofeo por «Net als toen», siendo la novedad la incorporación de dúos. Otro dato a tener en cuenta es que, en sus primeros años, el reglamento no era estricto en cuanto a la duración de las canciones, por lo que unas duraban más y otras menos. Por poner un ejemplo, en esa edición de 1957, el tema con el que Nunzio Gallo representó a Italia duraba 5:09 minutos, mientras que Patricia Bredin —primera representante del Reino Unido— solo estuvo en el escenario 1:52 minutos.
España debuta en el festival
Tras varios años contando con un máximo de once países, en 1961 el festival dio un salto de calidad con su celebración en Francia. En esta ocasión fueron dieciséis los participantes que viajaron a Cannes, siendo además el año del debut de España. Para representarnos, TVE escogió a Conchita Bautista, una artista muy popular de la época que defendió el tema ‘Estando contigo’, compuesto por Antonio Guijarro Campoy y Augusto Algueró. La anécdota fue que Algueró no pudo asistir a la final porque esta se celebró por primera vez en sábado, precisamente el día que se casaba con Carmen Sevilla. Otros de los países que debutaron en 1961 fueron Finlandia y Yugoslavia, obteniendo la victoria el representante de Luxemburgo, Jean-Claude Pascal, con la canción ‘Nous les amoureux’ —España quedó novena—. En 1965, Eurovisión ya sumaba 18 participantes, cifra que descendió a 17 el año que nuestra Massiel ganó con el ‘La, la, la’. Era 1968, y por entonces las reglas sólo permitían concursar a solistas y dúos, de ahí que la formación yugoslava, un grupo formado por seis personas, enviase únicamente cinco representantes a Londres: dos de ellos como intérpretes y el resto como coro. Esta edición del festival pudo verse en color en países como Francia, Noruega, Reino Unido o Suiza, pese a que muy pocas disponían de un televisor de estas características. Al año siguiente, 1969, Madrid acogió el XIV Festival de la Canción de Eurovisión, siendo presentada la gala por la recientemente fallecida Laura Valenzuela. Esa edición pasaría a la historia por ser la única en la que hubo empate entre cuatro países: Salomé con ‘Vivo cantando’, por España; Lulu con ‘Boom Bang-a-Bang’, por Reino Unido; Lenny Kuhr con ‘De troubadour’, por Países Bajos; y Frida Boccara con ‘Un jour, un enfant’, por Francia. Por otro lado, Austria declinó participar con el pretexto de que España no era un régimen democrático, y Salvador Dalí pintó el cartel de un evento que pudo seguirse vía satélite en países como Brasil, Chile y Puerto Rico.
Más países en juego
Hubo que esperar a 1986 para ver una final con 20 participantes, siendo Bélgica, que llevaba concursando ininterrumpidamente desde 1956, el país vencedor. Por cierto que la cantante, Sandra Kim, contaba únicamente con 13 años, siendo la más joven de la historia en ganar el certamen —poco después, la UER anunció que la edad mínima para participar era 16 años—. Una década después, Eurovisión ya contaba con 30 países, debiendo establecerse una criba consistente en una preselección de audio. O lo que es lo mismo, en la final de Oslo, Noruega, únicamente actuaron 23 países. En esta ocasión el trofeo se fue para Irlanda, gracias al buen hacer de Eimear Quinn, quien defendió la canción folk ‘The Voice’. Dicho sistema de eliminación previa —que no gustó a casi nadie— dejó fuera a un histórico como Alemania, de ahí que al año siguiente se idease una nueva fórmula. Esta consistía en que los países con la media más baja de puntos durante los cinco años anteriores quedarían excluidos para el festival de ese año. De este modo, el Point Theatre de Dublín acogió una final de 25 canciones, sobresaliendo la banda norteamericana Katrina & The Waves, quienes representando al Reino Unido fueron los vencedores con ‘Love Shine a Light’.
A partir de entonces, el festival no dejaría de crecer e introducir novedades. Por ejemplo, en 1998 se implantó el televoto, y en 1999 se eliminó la restricción de idiomas, la orquesta dio paso a la música pregrabada (por razones presupuestarias), y se aprobó que los cuatro mayores contribuyentes de la UER —Alemania, España, Francia y Reino Unido— obtuvieran plaza en la final independientemente de su resultado. Esto daría como resultado el llamado ‘Big Four’, que posteriormente se convertiría en ‘Big Five’ con la incorporación de Italia. Finalmente, en 2004, Eurovisión introdujo el sistema actual de eliminación previa, si bien ese año únicamente hubo que organizar una semifinal. Cuatro años más tarde, Serbia ya acogería dos, llegando a presentarse hasta 43 países —un récord que aún no se ha superado—. Ese 2008, Dima Bilán, que representó a Rusia con la canción ‘Believe’, se hizo con el nuevo trofeo: el Micrófono de Cristal. Por cierto que la sintonía que suena al inicio del festival es una canción religiosa llamada ‘Te Deum’ compuesta por Marc-Antoine Charpentier en el siglo XVII. Permaneció desaparecida muchos años, hasta que a mediados de la década de 1950 fue redescubierta y se adoptó como himno de la recién nacida UER.
De Domenico Modugno a Chanel
En todos estos años, han sido cientos los artistas que han pasado por el festival, quedando para el recuerdo un buen número de ellos, independientemente del puesto que obtuvieran. Entre las favoritas del público cabe destacar las siguientes canciones:
‘Volare’ – Domenico Modugno (Italia, 1958)
‘Poupée de cire, poupée de son’ – France Gall (Francia, 1965)
‘Waterloo’ – ABBA (Suecia, 1974)
‘Save Your Kisses for Me’ – Brotherhood of men (Reino Unido, 1976)
‘A-ba-ni-bi’ – Alphabeta (Israel, 1978)
‘Hold Me Now’ – Johnny Logan (Irlanda, 1987)
‘Ne partez pas sans moi’ – Celine Dion (Suiza, 1988)
‘Heroes’ – Måns Zelmerlöw (Suecia, 2005)
‘Hard Rock Hallelujah’ – Lordi (Finlandia, 2006)
‘Euphoria’ – Loreen (Suecia, 2012)
‘Rise like a phoenix’ – Conchita Wurst (Austria, 2014)
‘Amar pelos dois’ – Salvador Sobral (Portugal, 2017)
En cuanto a España, más allá de los éxitos de Massiel y Salomé, y el tercer puesto de Chanel, han sido muchos los artistas que han desarrollado una importante carrera tras su paso por el festival. Algunos de estos son: Raphael, Julio Iglesias, Karina, Mocedades, Peret, Micky, Paloma San Basilio, Azúcar Moreno, Sergio Dalma, David Civera y Rosa López.