¿Cuándo se compuso? ¿Qué inspiró a su autor para darle forma? ¿En qué lugar vio la luz y qué notable personaje ejerció de anfitrión el día del estreno? Te invitamos a descubrir los entresijos de ‘Otelo’, una de las grandes tragedias de la historia del teatro
Pocos dramaturgos han descrito el convulso estado de ánimo de unos personajes con la maestría de William Shakespeare. Y es que, a diferencia de otros creadores, sus protagonistas son seres humanos que sienten y padecen como cualquier espectador. De ahí procede, quizá, su extraordinario éxito entre el público, pues en sus textos, ni los malos exudan defectos ni los buenos son un deshecho de virtudes. Más bien «son personajes complejos», como apunta el profesor Pérez Vaquero. «Reales y tan creíbles que incluso han perdurado con el paso de los años como auténticos arquetipos de la duda, en el caso de ‘Hamlet’ y su famoso «ser o no ser»; o del amor, con ‘Romeo y Julieta’». En este sentido, Otelo será, para siempre, el paradigma trágico de los celos —«un monstruo engendrado y nacido de sí mismo»—, de igual forma que Yago se identificará con la maldad humana.
En la tragedia del mismo título, Otelo se desempeña como general del ejército de la república de Venecia, quien a su vez se encuentra casado con Desdémona, hija de Brabancio —un senador de la república—, la cual ha contrariado a su padre al casarse en secreto. Por su parte, Yago es el alférez y hombre de confianza del general, el cual, movido por la envidia y el odio que le generó el no ser promovido en la jerarquía militar, se da a la tarea de provocar celos en Otelo. Para ello utiliza como vehículo a Desdémona y Cassio —el más leal teniente del moro—, dando lugar a una espiral de venganza, mentira y muerte que lleva siglos dejándonos boquiabiertos.
El manuscrito original de esta pieza —como es habitual en la producción literaria de Shakespeare— desgraciadamente no se ha conservado. De ahí que el texto que ha llegado hasta nosotros se corresponda con el que se imprimió en 1622 a partir de una copia utilizada en las representaciones. Según algunos historiadores, el bardo de Stratford debió escribirla en la segunda mitad de 1604, tomando como base argumental un pequeño cuento de Giovanni Battista Giraldo publicado a finales del siglo XV en la colección ‘Los Hecatómitos’.
A partir de aquel impactante argumento, el autor de ‘La Tempestad’ concibió una de sus más logradas tragedias, siendo estrenada por su propia compañía, ‘Los hombres del Rey’, el 1 de noviembre de 1604 en la sala de banquetes de Whitehall (Londres), ejerciendo como anfitrión Jacobo I de Inglaterra.
Más de cuatro siglos después, nadie duda de que ‘Otelo’ es una de las grandes obras maestras de la dramaturgia mundial y Shakespeare un absoluto genio, el cual, «de ser contemporáneo nuestro, muy probablemente, aparte de literato, hubiera sido psicólogo», según Cecilia de Quiceno.