La compañía Rata Parda estrena en Sevilla un espectáculo sobre temores en la infancia que conjuga el lenguaje actoral con el de los títeres. Con Nacho Gómez, Teresa Cruz y Néstor Barea en la faceta artística, y Mar Aguilar y María Viñuela en la técnica

Nitisca, la hija de Drácula, y Dehiro, hijo de una bruja, viven en el mundo del miedo. Un día, su gato Nayru se escapa a través de un libro y tienen que salir a buscarlo. Persiguiendo a la mascota, llegan hasta el mundo real, donde se encuentran con un grupo de niños que han ido al teatro. A partir de ese momento, los dos personajes mostrarán a todos los niños, y a los no tan niños, los personajes más terroríficos, les contarán historias maravillosas y les enseñarán cómo, en el mundo del miedo, no todo es lo que parece. A grandes rasgos, este es el argumento de Y a ti, ¿qué te da miedo?, espectáculo infantil producido por la compañía Rata Parda a partir del texto original de Gracia Morales, que conjuga el lenguaje actoral con el de los títeres. Una propuesta que acaba de estrenarse en la sala La Fundición de Sevilla, y que permite abordar una temática tan compleja como la de los miedos infantiles, de un modo divertido y cercano. Concebido para niños a partir de 3 años y con dirección de Néstor Barea, Y a ti, ¿qué te da miedo? cuenta con las interpretaciones de Nacho Gómez en el papel del brujo Dehiro, y Teresa Cruz poniendo rostro a la vampira Nitisca; ambos actores de largo recorrido, que, junto al propio Barea (quien se reserva el papel de narrador y manipulador de títeres) ponen en pie un libreto de contrastada calidad merced a su habitual galería de recursos. Así, junto a los protagonistas de la historia, los espectadores disfrutarán de un loable repertorio de seres fantásticos, como la simpática rata que abre la función, el ingenioso títere-oscuridad o la oruga gigante-hipnotizadora. Figuras que contribuirán a normalizar esa reacción fisiológica diseñada por la evolución para eludir situaciones de peligro, inmediato o potencial, y que alcanza tanta importancia en los seres humanos, sobre todo a edades tempranas.

Dispendio de talento

Dentro de los aciertos del montaje sobresale, por méritos propios, su equilibrado elenco, capaz de hacernos reír, soñar y emocionarnos, empuñando un simple paraguas, subiendo y bajando de una caja de madera o estableciendo diálogos con el respetable. Todo ello con esa naturalidad y alegría que a veces se echa en falta en las grandes producciones. Y es que Y a ti, ¿qué te da miedo? no trata de disimular en ningún momento su vocación de teatro artesanal de pequeño formato, algo que les honra y el espectador agradece. Muy al contrario, su factura manual e intimista permite a los más pequeños empatizar de inmediato con los personajes, trasladándose a su mundo —casi onírico— únicamente a través de la imaginación. Esto no quita que la producción, aunque modesta, destile aroma a trabajo bien hecho: desde la escenografía de Mar Aguilar —práctica e inteligente— al diseño de luces de María Viñuela —virtuosamente efectista—. De este modo, pese a su versatilidad, Nacho, Teresa y Néstor se ven en todo momento arropados por un dispendio de talento. En ese sentido no podemos obviar el vistoso vestuario de claras reminiscencias comiqueras y cinematográficas, cuya realización también es obra de Mar Aguilar, o esa canción dedicada a los miedos, de unas hechuras poéticas reseñables. En el debe de la compañía queda el aprovechar un poco más la ruptura de la cuarta pared —la sala no daba para más—, y sincronizar los tiempos del escenario con los del patio de butacas —a veces las risas y los gritos impedían la transmisión correcta del texto—. Pequeños detalles que, casi con total seguridad, irán puliendo a lo largo de esa gira que, suponemos, será larga y fructífera.