Desde el estreno de la serie «Isabel», la monarca nacida en Madrigal de las Altas Torres en 1451 ha despertado el interés tanto de los apasionados por la historia como de las amas de casa. A todos ellos va dirigido el simposio que bajo el título ‘Isabel la Católica y la Evangelización de América’ tendrá lugar en Valladolid el próximo mes de octubre. Una cita que pretende reactivar un proceso de beatificación paralizado a inicios de los años noventa.

Admirada por muchos, rechazada por otros y desconocida por la mayoría, Isabel de Castilla es uno de los personajes más apasionantes de la Historia. Hija y hermana de reyes y con una autoestima y solidez ideológica apabullantes, supo forjarse su propio destino a base de perseverancia, trabajo político intenso y mucha dosis de fe. De ahí que numerosos historiadores no hayan dudado en calificarla como «la primera gran Reina de Europa» pese a la leyenda negra vertida sobre ella a partir de los años cuarenta. Sin ir más lejos, bajo su reinado se unieron las coronas de Castilla y Aragón, se culminó el proceso de Reconquista (con la toma de Granada en 1492), se fortaleció el poder de la corona frente a los nobles, se estableció la unidad religiosa mediante la expulsión de los judíos y la puesta en marcha de la Inquisición y se dio inicio a la creación de un imperio ultramarino con el Descubrimiento de América.

Dicho esto, ¿quién fue realmente Isabel, a la que con el tiempo apodaron «la Católica»? Joseph Pérez, hispanista francés, Premio Príncipe de Asturias y uno de los grandes estudiosos del personaje, no tiene duda en señalar su gran mérito: «una muchacha de poco más de veinte años que llega al trono con una idea muy clara: restaurar la autoridad del Estado. Y lo hizo. Y lo hizo tan bien que aquella autoridad se mantiene durante más de dos siglos». Tesis positiva a la que se suman otros investigadores como el doctor Ladero Quesada, Premio Nacional de Historia de España, para quien la monarca «cultivó las cuatro virtudes cardinales y, entre ellas, especialmente el sentido de la justicia, dentro del orden en que actuaba». No obstante, dejando a un lado el buen concepto que se tuvo de ella durante todo el Siglo de Oro —en esta época se forjaría a su vez el mito de los Reyes Católicos—, lo cierto es que con la llegada del siglo XX su figura comenzó a distorsionarse de un modo tan excesivo como injusto. Giles Tremlett, periodista y escritor británico autor de una de las más recientes biografías sobre la soberana, lo explica de este modo: «No cabe duda de que el franquismo se aprovechó y abusó de su figura para convertirla en símbolo del tipo de régimen nacional-católico que ellos mismos querían imponer. Allí están sus flechas en los símbolos de la Falange y en el escudo de la España franquista. El resultado de aquello es que muchos españoles no soportan su figura». Algo en lo que coincide el periodista y escritor madrileño experto en monarquías José María Zavala, quien además de desmontar esta campaña de desprestigio contra la reina abulense aporta datos sorprendentes en su obra Isabel Íntima (Planeta, 2014). Desde los pormenores de la relación con sus confesores y el descubrimiento de la momia de su hermanastro Enrique IV de Castilla, hasta el presunto envenenamiento de su hermano Alfonso o el atentado contra su esposo el rey Fernando. Y por supuesto los milagros y/o favores acreditados que, por intercesión de la Católica, se han obrado ya en personas de diferentes países.

Feminismo vs santidad

Lo más curioso es que, mientras unos la consideran una abanderada del feminismo en los albores de la Edad Moderna, otros suspiran por verla en los altares. Sobre el primer asunto, el académico navarro Tarsicio de Azcona afirma que Isabel puede ser un ejemplo para las mujeres de hoy en día «no tanto por algunas virtudes concretas, sino por su compromiso macizo personal y por su coherencia total en aquella sociedad tan movediza, quizá tan movediza como la nuestra». Pero es que además la reina castellana —que fuese tachada de ‘absolutista’ en lo concerniente a la religión— suele ser asunto de debate en el Vaticano desde al menos 1958, fecha en la que la Archidiócesis de Valladolid dio inicio a la causa de su beatificación. No en vano, tras concluir su fase diocesana en 1972, no han sido pocas las veces que los medios se han hecho eco de noticias relacionadas con el tema. Sin ir más lejos, el 28 de marzo de 1991, Jueves Santo, la Santa Sede anunciaba la suspensión sine die del proceso de beatificación de Isabel, echando por tierra lustros de esfuerzo que tendrían que haber culminado al año siguiente, con motivo de las celebraciones del V Centenario del Descubrimiento de América. El principal argumento esgrimido fue el papel jugado por la soberana en la expulsión de los judíos. Valgan como ejemplo las contundentes declaraciones realizadas poco antes por el entonces presidente del Consejo de las Instituciones Representativas Judías de Francia, Jean Kahn, en las que aseguraba que su confesión «jamás perdonaría» a la reina el «exilio forzado de las comunidades judías de España y los crímenes de la Inquisición».

Simposio en Valladolid

Pese a todo, hace apenas unos meses salió a la palestra la reactivación del proceso de beatificación de la monarca merced a la iniciativa de los arzobispos de Valladolid y Toledo, cardenal Ricardo Blázquez y monseñor Braulio Rodríguez Plaza. Consecuencia de ello es el Simposio titulado Isabel la Católica y la Evangelización de América, que se celebrará entre los días 15 y 19 de octubre de 2018 en la ciudad vallisoletana. El evento contará con la presencia del vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry, el mencionado arzobispo de Valladolid así como el obispo de Toledo, la rectora de la Universidad Católica de Ávila y el rector de la Universidad de la Plata, en Argentina. Dicho simposio está asimismo auspiciado por la asociación católica Enraizados, entidad sin ánimo de lucro fundada en 2012 cuyo objetivo principal es «trabajar por la consecución del bien común nacional y mundial desde una visión cristiana de la vida, haciendo presente la importancia de la fe para conseguir dicho bien movilizando a los católicos, a los creyentes y a las personas de buena voluntad». El encuentro, de carácter internacional y cuya celebración tendrá lugar en el Real Colegio Seminario de los Padres Agustinos de Valladolid, incluirá sesiones referentes a la importancia de los santos en la evangelización americana así como a las mujeres que lo hicieron posible. Igualmente, desde la asociación Enraizados pretenden «dar el lugar que se merece a la reina Isabel la Católica, una figura histórica clave tanto para toda la Hispanidad como a nivel mundial». Por último, aquellos interesados en inscribirse —la matrícula se ha establecido en 30 euros— podrán visitar algunos lugares isabelinos de la mano de Javier Burrieza Sánchez, doctor en Historia, y asistir a la charla del Padre Javier Carnerero, postulador de la causa de beatificación, quien informará sobre el estado actual del proceso.